Altazor (1931) Es un poema escrito por el autor chileno Vicente Huidobro (1893-1948). La obra consta de siete cantos, siendo el primero el más extenso con casi setecientos versos. La obra fue escrita en un periodo de tiempo comprendido entre 1919 y 1931. El texto da cuenta del movimiento artístico vanguardista llamado “Creacionismo”. Este movimiento forma parte de una serie de ismos acontecidos luego de la Gran Guerra (1914-1918).
Los movimientos artísticos del periodo entreguerras (1919-1939) pretenden romper con los paradigmas artísticos de la época. Altazor bebe de esta tendencia. El texto de Huidobro muestra nociones existencialistas y, por momentos, surrealistas basadas en las ideas de filósofos e intelectuales como Friedrich Nietzsche (1844-1900) y André Bretón (1896-1966). La obra, en sus intenciones rupturales, refleja el espíritu de su momento al proponer un discurso que rompe con las convenciones de la estética clásica. Es un texto que refleja el pathos de la primera mitad del siglo XX por medio de una estética que da cuenta de una época confusa.
La historia de Europa luego de la ilustración prometía un futuro brillante en donde la razón nos llevaría a alcanzar un estado de paz perpetua. Luego de la revolución francesa se aprueba la Declaración de los Derechos de Hombre y el Ciudadano en 1789, lo cual establece un precedente para los ideales de Liberté, égalité, fraternité nombrados por Maximilien Robespierre (1758-1794) en su Discours sur l'organisation des gardes nationales el 5 de diciembre de 1790. El espíritu ilustrado neoclásico, caracterizado por ideales de equilibrio apolíneo y proporción geométrica, dio paso al positivismo de Comte (1798-1857) en donde lo importante para el desarrollo de la humanidad pasa a ser lo positivo, lo pragmático y lo empíricamente demostrable. De la misma suerte, Daniel Defoe (1660-1731) había publicado Robinson Crusoe en 1719.El texto de Defoe, siguiendo la ética calvinista, considera que la riqueza es buena y que el hombre debe ser poderoso y generar riqueza, lo cual generará un bien mayor a la sociedad.
Lo anteriormente expuesto da cuenta de la ética capitalista y cientificista decimonónica. Este Zeitgeist revela de una sociedad en donde el hombre busca, por medio de las herramientas de su intelecto, dominar la naturaleza y usarla para su beneficio. Comte en su texto Cours de Philosophie Positive (1830-1842) propone la Ley de los tres estados con la cual señala que la vida pasa por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico, el estado metafísico y el estado científico. El autor advierte que el estado científico es el pico natural de la evolución y que este es el estado en donde la razón es usada en su máximo esplendor. El hombre, seguro de sí mismo, se deshace de la idea de Dios para confiar en poder de la razón ordenadora. Esta mentalidad devino en la revolución industrial, movimiento que dio cuenta del poder de creación capitalista. El positivismo decimonónico propone un mundo sin dioses ni reyes, solo hombres.
La Europa decimonónica, sobre todo luego de la publicación del manifiesto comunista, pasaba por tiempos de confusión y esperanza. El nuevo siglo era visto con sospecha, pero no sin expectación. Europa permanecía aterrada por las implicaciones, pero curiosa por saber hacia donde los llevaría.
Este sueño Steampunk se rompería cuando, en 1814, toda la capacidad científica de la humanidad se volvió en su contra. La tecnología que por tantos años se había venido estableciendo como el puente conductor que nos llevaría al Locus Amoenus capitalista fue el instrumento que, paradójicamente, terminó por solidificar la frase de Shakespeare Hell is empty ,and all the devils are here.(Escena II, Acto I) .La tecnología que nos había permitido trascender nuestras limitaciones biológicas y surcar libremente los cielos pasó a convertirse en un ángel de la muerte cuya presencia encendía alarmas antiaéreas. El hombre mostró que, pese a su aparente evolución racional, seguía siendo el mismo. El hombre, una vez más, probó ser un lobo para el hombre.
La tecnología y racionalidad que mataron a Dios, paradójicamente, terminaron sustituirlo en su rol de padre inmisericorde. Así como Dios castigó a Sodoma y Gomorra por su soberbia, la razón positivista termino descargando su furia en los hombres que, como Ícaro, quemaron sus alas al intentar alcanzar las estrellas. La muerte del ideal positivista es la muerte de la certeza. Es la muerte de Dios. ¿Qué hacer ante la muerte de Dios? .La respuesta a este dilema parecía ya aclarada: El superhombre. Aquel que ha sido capaz de superar la Trauer und Melancholie de la muerte de Dios y es capaz vivir una vida que valga la pena ser vivida, de manera que, aun si el universo es un feedback loop, valga la pena existir en él.
De tal suerte surgen los movimientos de vanguardia como una respuesta parricida al sueño cientificista. Estos movimientos dan cuenta de una humanidad devastada por la pérdida de unas relaciones de sentido que se habían probado como las más propiamente humanas hasta la fecha. Lo anterior devino en el surgimiento de movimientos como el surrealismo en Francia y el expresionismo en Alemania.
Es en este contexto en donde Vicente Huidobro, un joven aristócrata chileno, toma como base las vanguardias europeas para proponer el Creacionismo. El creacionismo manifestado en Altazor, su Magnum Opus, pretende deshacerse de las relaciones de sentido del mundo extratextual con miras a crear un texto cuyo sentido está contenido dentro de sí. Busca ser un Übermensch. Independiente del mundo extratextual, el poema deja de ser mímesis para convertirse en un universo autónomo. En lugar de reflejar la naturaleza, creación divina, el poeta toma el lugar de Dios para crear un universo singular de sentido dentro del texto. Sobre lo señalado, Huidobro en su texto Manifiestos señala que:
El Arte es una cosa y la Naturaleza otra. Yo amo mucho el Arte y mucho la Naturaleza. Y si aceptáis las representaciones que un hombre hace de la Naturaleza, ello prueba que no amáis ni la Naturaleza ni el Arte. (Huidobro,2003, p.40)
El texto rompe con el lenguaje para crear sus propias palabras y formas de organización. El orden de las relaciones racionales de sentido se rompe en un afán de crear una lógica nueva, propia del texto. Las nociones Saussureanas de significante y significado son subvertidas por un texto que crear sus propias imágenes acústicas y, con ellas, sus propios conceptos.
El poema creacionista se compone de imágenes creadas, de situaciones creadas, de conceptos creados; no escatima ningún elemento de la poesía tradicional, salvo que en él dichos elementos son íntegramente inventados, sin preocuparse, en absoluto de la realidad ni de la veracidad anteriores al acto de realización. (Huidobro, 2003, p.33)
Esta ansia de infinitud, de pensar lo impensado, de comunicar lo incomunicado, acaso para crear una realidad solamente posible en los confines del texto, es un elemento característico de la poesía de Huidobro y responde a la intención deicida propia de las vanguardias. Altazor comienza diciendo:
Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata. Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche. Amo la noche, sombrero de todos los días. (Huidobro, 2003, p.2)
Dios representa lo Arcaico. Entendido, en términos de Raymond Williams (1977), lo arcaico representa a lo imperante: Los discursos arcaicos son aquellos que, por medio de la tradición, han ganado poder hasta hacerse dominantes dentro de una cultura (p.45). El hablante lírico, al señalar que nació con la muerte de Cristo, da cuenta de un deseo de rescribir el calendario gregoriano para cambiar el pasado y con ello crear la historia de nuevo. El poema adquiere un carácter cosmogónico.
El hablante lírico busca crear relaciones de sentido propias mediante el uso de analogías que escapan a lo convencional. Ejemplo de lo anterior vemos en la construcción de imágenes que rayan en lo impensable como, por ejemplo, cuando señala: Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental.(p.2). El verso lleva al lector a preguntarse ¿Cómo es la mirada de un automóvil sentimental? Es una imagen surrealista que no obedece a los cánones de la tradición poética. El texto busca ser leído y entendido en función de modelos de pensamiento creados por el hablante lírico y presentados en la inmanencia del texto.
Un poeta debe decir aquellas cosas que nunca se dirían sin él. Los poemas creados adquieren proporciones cosmogónicas; os dan a cada instante el verdadero sublime, este sublime del que los textos nos presentan ejemplos tan poco convincentes. Y no se trata del sublime excitante y grandioso, sino de un sublime sin pretensión, sin terror, que no desea agobiar ni aplastar al lector: un sublime de bolsillo. (Huidobro, 2003, p.33)
El uso de imágenes radicalmente opuestas a lo que es visto como estéticamente deseable rompe con el carácter Apolíneo neoclásico, propio del discurso filosófico y literario de la ilustración. El texto se desvincula de las formas tradicionales de hacer poesía. Es una respuesta rebelde y dionisíaca.
Altazor se vale de un lenguaje rebelde que rompe con las convenciones clásicas de la gramática y de la lógica. Con lo anterior fragmentos como el siguiente terminan por transgredir los límites de la razón
Y nube y joya
Lento
nube
Ala ola ole ala Aladino
El ladino Aladino Ah ladino dino la
Cristal nube
Adónde
en dónde
Lento lenta
ala ola (Huidobro, 2003, p.75)
El hablante lírico juega con el texto y el espacio para llevar la literatura, el lenguaje y, con ello, el pensamiento hasta su límite. El texto se vuelve autotélico.
El espíritu paradójicamente destructivo del creacionismo es, en gran medida, resultado del modelo marxista. El comunismo se muestra hastiado del modelo capitalista y busca sustituirlo por un modelo de propiedad común de los medios de producción. Para lo anterior hace un llamamiento a crear una revolución que ponga fin al modelo capitalista. El espíritu utópico marxista señala que, para la creación del sistema ideal, es necesaria la destrucción del sistema imperante. Este espíritu voraz e insurgente terminó por llegar los jóvenes intelectuales latinoamericanos, quienes, al igual que los jóvenes artistas europeos, buscan destruir las formas precedentes para, sobre sus cimientos, construir una nueva estructura.
Vicente Huidobro, en Altazor, su magnum opus, da cuenta de un carácter revolucionario y deicida. El texto es muestra de la ruptura política y filosófica que trajo consigo la Gran Guerra. Así como la ilustración y el positivismo buscaron matar a Dios por medio de la razón, Altazor intenta matarlo por medio de la sinrazón. El poema de Huidobro adquiere un carácter cosmogónico al intentar crear un universo de sentido que responda a reglas creadas por el propio texto. Para lo anterior rechaza la tradición poética precedente. Así como el marxismo busca romper con el modelo de producción capitalista, Altazor busca ir en contra de las convenciones universalmente aceptadas acerca de la manera en cómo escribir poesía. Ambos luchan contra lo arcaico. Así como el superhombre de Nietzsche es capaz de sobreponerse a la muerte de Dios, Altazor busca sobreponerse a la poesía, el lenguaje y el pensamiento. Así como el científico buscaba el entendimiento del mundo por medio de la razón y los sentidos, el vanguardista busca la creación de un nuevo sentido para su existencia. El vanguardista, al igual que el Übermensch busca crear su propio sentido en un mundo sin Dios. I talk to God but the sky is empty.